Por Susana Vega López
El sonido que emite puede cambiar el ánimo de las personas porque si es suave y bajito, evoca al estado de gestación en el vientre materno donde el corazón de la madre se escucha claramente; a la meditación para sacar las malas vibras; si la resonancia es fuerte, motiva a luchar, como lo hacían los guerreros samuráis al llamado del taiko, cuando era tocado intensamente; y, según el ritmo, provoca la felicidad o sencillamente te induce a moverte por alguna otra sensación: es el toque del tambor.